miércoles, septiembre 01, 2021

Sobre elecciones, un gobierno fabuloso para los poderosos y una CFK deshilachada

Creo que uno de los grandes mitos urbanos era que Cristina Elisabet Fernández era la Elegida de los dioses que tenía estrategias increíbles, estrategias tales que, como dice hace años, hace que los laburantes terminemos siempre pagando la fiesta de la clase alta, de los grandes empresarios, de los políticos como ella y su familia de inútiles (no siento ningún tipo de empatía con la ex presidenta por su persecución, que si ella no termina presa realmente no sé, sinceramente, hasta qué punto no es un circo armado para que sintamos lástima por perseguirla "por ser mujer, peronista", así como ultraadinerada en un país pobrísimo, pero yo estoy en proceso de desconfiar de todo).

Escucho estos días demasiado a Tognetti, que cada vez me cae más pesado. El programa últimamente se hace soportable sólo cuando está conduciendo solo el queridísimo Eduardo Fabregat, sobrino de aquél tipo que leíamos en Humor (Registrado), Aquiles Fabregat, y a quién me he cruzado más de una vez sin saberlo en recitales de bandas y solistas que nos gustan a los dos.

Bueno, pensaba escribir esto MUCHO antes de hoy, pero es que el trabajo vía home office, con un gerente que me llama a las 9 de la mañana para que revise una cosa, y la otra gerenta que me llama a las 9 de la noche porque quiere que vea otra, me tiene un poco ocupado (igual la otra vez los mandé a la mierda a los dos -cosa rara- y les dije que mi horario es mi horario laboral, y que antes y después el celular lo apago, cosa que cumplí; por eso estoy escribiendo esto, luego de pensar un poco bien lo que quiero decir).

Además, tengo que ser sincero, el tema de la pandemia me ha tenido agotado. Todos tuvimos experiencia que los primeros dos meses era prender CUALQUIER canal y ver que de lo único que hablaban era de médicos (algunos bastante truchos) hablando de la COVID, las cifras de muertos, que me deprimen bastante (tengo que contar dos ex compañeros de trabajo, de mi anterior trabajo, que se contagiaron y no sobrevivieron; y la mujer de mi ex jefe de mi actual trabajo, que era sana y no se veía que le fuera a pasar algo, según su esposo, pero se contagió y murió a las pocas semanas hace poco). Ver a los antivacunas este año me hicieron putear con ganas a estos engendros de siempre (los Bullrich, los radicales de ultra derecha, los del PRO en general y Juntos por el Cambio en particular) que juegan con nuestra salud, que apuestan porque la mayor cantidad de argentinos muramos para que ellos vuelvan exitosos al poder.

Lo peor es que creo que con este gobierno de cagones de Alberto Fernández eso va a pasar. Por empezar, tiene su diario de Yrigoyen, en este caso su portal web y radial de El Destape, del insoportable y llorapauta, como leí en Twitter, de Roberto Navarro, que tapa todas las cagadas del gobierno y pone a ese tipo Pesky que dice ser humorista e imitador y que no llega ni a la bosta bajo la suela de los zapatos de los verdaderos humoristas e imitadores de nuestra rica historia radial y televisiva, a hacer simpático a esa mierda de ministro que es Guzmán. Ha retrocedido, como con Vicentín, en todo aquello que hoy haría que estemos en mucha mejor posición. Ha puesto de ministros a tipos que siempre han protegido a los megaricos y los poderosos empresarios nacionales y extranjeros. Sin hesitar, tiene beneficios pensados para ellos pero a la gente que no pudo trabajar el año pasado por lo estricto de la pandemia les niega un refuerzo en guita, una miseria comparada con la que le condona a esos ultraricos, pero que para la gente pobre haría una gran diferencia.

Lo que yo percibo, conversando con alguna gente del trabajo (a veces me hacen ir físicamente, pese a que el DNU me ampara a quedarme en casa todo el tiempo, pero tampoco quiero tirar demasiado de la soga), pero sobre todo cuando nos whatsappeamos con mis ex vecinos y amigos de provincia, es que están todos HARTOS de este gobierno no de científicos, sino de inútiles. Empezando por ese que dice ser presidente pero que no le da el piné (creo que en su momento dije que no me convencía o algo así, y no tenía confianza en él, y pensaba que podía ser un gobierno pésimo, pero superó mis expectativas más pesimistas; y que no se excuse en la pandemia, porque ya lo veo), que en medio de gente a la que apaleaba la policía si salía de su barrio sin permiso, te mete una foto de una fiestita privada en Olivos. Más pelotudo (si lo vas a hacer, nada de fotos, salame) e irresponsable y falto de ética (él se piensa que como soberano está por encima de las leyes que nos hace cumplir a los simples mortales) no se consigue.

Yo eso lo percibo en todos lados, como digo. Cuando voy, hipercuidado con escafandra (casi) y barbijo a hacer compras al Mayorista o al Supermercado, y la poca gente que andamos dentro manifiestan mucha desazón por todo, los comercios que cierran, la inflación que no hicieron nada para solucionarla y que seguro será peor en lo que resta, como me pasaba en los 90 cuando Chiche Duhalde competía contra Fernández Meijide. En esa época laburaba caminando por dos o tres partidos distintos en medio de barrios complicados, y allí los más pobretes (como yo) sentían esperanza por votar a la Alianza, aunque le tenían miedo al fraude de Duhalde.

Bueno, lo mismo siento ahora, aunque los encuestadores albertitas dicen que va a ganar el Gobierno. Yo apuesto a que va a perder, no sé si por mucho o por poco, pero que lamentablemente, va a ganar la ultraderecha macrista otra vez. Todo por no hacer calar hondo en los argentinos que toda la deuda miserable que tenemos la tomó Macri, sino al contrario, Alberto Fernández tapó todo.

Eso es imperdonable, y entre la gente que no siendo macrista u odiando al macrismo que no se siente motivada a votar a este gobierno que definen como traidor al pueblo, y los otros que odian al peronismo y que como en los medios masivos machacan que este es un gobierno kirchnerista (cuando lo es muy parcialmente, y no en puestos clave), creo yo, va a perder como en el 2009 o el 2013.

Y ya va siendo hora que dejen de llamar a Cristina como una iluminada. Claramente, con Scioli y Fernández, demostró que es una ídola de barro, y que con sus discursitos de palabrera vacía (salvo para los fanáticos) nos está hundiendo en un pantanal sin fondo. O eso siento yo. Como algo oscuro, muy oscuro, detrás de todo esto.

Es cierto, el clima general de muerte contribuye a esa sensación, pero siento que algo peor se está gestando. Ojalá me equivoque.

Buenas noches para todos.

domingo, junio 30, 2019

Sobre candidatos, esperanzas en políticos, deidades paganas y eso

Estando a la luz la caída de un gobierno que pensé que se extendería más en el tiempo pero que, si las cosas que uno palpa en la calle son ciertas, elegir un candidato u otro es, como mínimo, anecdótico, pues cualquiera que sea levemente distinto y mejor, bastará para ganar.
Estoy hablando, es claro, de la elección, como la Delegada Divina que ella es (aunque creo que si ella hablara de sí misma diría que es la encarnación de alguna diosa, Diana o Afrodita o algo así) de parte de Cristina Fernández de su compartidor de apellido Alberto como SU candidato a Presidente. Eso es un dedito elector. Y el otro que como buen pusilánime que es, acepta sonriendo ser el elegido de la Gran Electora.
De mi parte, no deja de ser sorprendente. Yo, personalmente, creo que hay personajes mejores, tipos que la han peleado estos años de destrucción de las pocas industrias del país. Si tengo que ser sincero, hasta un Daniel Scioli me parece mejor candidato que el muchacho este al que CFK echó de su gobierno llamándolo traidor, esbirro de Magnetto, y ya no recuerdo qué más. Cosa que el tiempo probó que era verdad, si uno ve la cantidad de horas que calentó sillas de los diversos programas de TN estos años.
Por una parte, tengo el temor que le haya elegido porque, precisamente, como ella dice (cosa que puede ser cierta o no) que si es electa no la van a dejar gobernar, que al ser Alberto Fernández un hombre de Clarín, va a caerle simpático, no sé si a los medios que inventan cosas sobre ella (seamos sinceros, al menos en lo que uno coteja de las pruebas que se presentan, mientras los que en la Justicia la quieren llevar a la horca a CFK lo más sólido que exponen son notas de... Clarín y La Nación, mientras que del lado de la ex presidenta vemos facturas, trabajos hechos, auditorías externas independientes, incluso hechas por gente de Macri o amigos suyos, que dicen que las cosas de las que se la acusa son falsas, cuando se nota que hay hoteles pagados por privados, rutas terminadas en tiempo y forma, y que de los principales contratistas, todos los que están en la lista arriba del acusado principal no se los nombra y mucho menos se los investiga porque son parientes del actual Presidente) pero sí, tal vez, a los votantes independientes que no simpatizan con el kirchnerismo pero que en estos casi cuatro años han aprendido a despreciar al macrismo en igual forma, y entonces de esa manera tiene un camino allanado a la victoria. Aunque seamos sinceros, yo no esperaba que ganara Macri y ganó, cuando con un poco de memoria deberían recordar el juicio por el contrabando de autopartes por el que fue condenado por los jueces y salvado por la Corte automática menemista, pero le votaron igual.
Por otra parte, cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta que en el kirchnerismo no hay cuadros políticos. El hijo es el hijo, no será el jugador de PlayStation con que le defenestran pero tampoco tiene ni el volumen político del padre (en todos los sentidos, empezando por el de saber rosquear) ni la capacidad de oratoria egomaníaca de la madre. Larroque no existe. Los que conozco, como creo que dije en un posteo anterior, sólo son hábiles para repetir las frasecitas vacías con que Cristina coronó su fallido segundo mandato, queriendo buscar la Cristina eterna en boca de sus fieles esbirros como Diana Conti (que desapareció del radar), pero incapaces de elaborar ideas propias. Como esperando que la Divina CFK les provea de una nueva frase estúpida ("sintonía fina", "Argentina un país de buena gente", "no se hagan los rulos", "el amor vence al odio" y pelotudeces vacías e idiotas similates) para repetirla como loritos mientras se ríen como bobos (nuevamente, no hablo burlándome, hablo literalmente de una reunión de un peronista -yo- con compañeros y amigos de La Cámpora y Kolina: repetían esas frases y se reían.
Si a Cristina le hubiera intersado que hubieran cuadros políticos, no hubiera tachado de traidores a cualquiera que le planteara una disidencia, como el querido y ex preso político Jorge Taiana. Ahora perdió definitivamente cualquier autoridad que tuviera para hablar de nada, porque eligió al que ella tachó como el máximo traidor como SU candidato a presidente.
Tendrá sus razones. Planeo votarlo simplemente porque hay que bajar a Macri, y hacerlo de la manera más contundente posible, esto es, con la mayor cantidad de votos posibles.
Pero como dice un libro cuyo título, nombre y autor olvidé por completo, un traidor será siempre un traidor. Y de Alberto Fernández no puedo esperar otra cosa que una traición.
Al menos es lo que yo creo.
Espero equivocarme, muy sinceramente.

domingo, mayo 21, 2017

QUE LAS COSAS SEAN (O SE HAGAN)

Estos tiempos ¡ay! han sido más dolorosos que de costumbre. Bueno, no sé, si antes me consideraba algo cínico (la vida te va llevando) ahora es como que... tengo pocas esperanzas en las cosas, en el devenir de los tiempos, en el hombre.

Me pasa últimamente, que siento que las cosas corren en un sentido que es, en parte, previsible, en otra parte, inevitable. Nótese que aunque a veces corren juntos no son lo mismo.

Recuerdo en la última temporada de Ángel, el vampiro con alma que salió de la serie Buffy, que el hijo de Angel mata al demonio que estaba destinado a matar, y por el cual el demonio ese lo había mandado secuestrar y enviarlo a una dimensión infernal (en el mundo Angel, la mayoría de las dimensiones son infernales, salvo esta, que igual está infectada, pero que no es como las otras. Una manera de decir: no hay escapatoria, lo malo está a la vuelta de la esquina, lo malo nos rodea, lo malo nos va a poseer tarde o temprano.

En ese capítulo, como dije, después de dos temporadas donde pasa de todo, empezando que Angel y su hijo nunca se terminan de llevar bien porque él vive años en esa otra dimensión infernal, este muchacho mata al demonio que tenía que matar, que los libros sagrados decían que sería, luego de siglos, su asesino.

¿El mal tiene solución? ¿El mal se puede eliminar tan fácil? Angel es, antes que nada, una serie simbólica, una serie donde las cosas que pasan nos remite a cosas más terrenales, pero dichas de otra manera. Tal vez la mejor persona de todo el grupo sea el personaje de la gran, gran, gran actriz Amy Acker, y sin embargo, su personaje muere de la forma más triste, inevitablemente. Una entidad demoníaca la posee y la fulmina, la pasa a otro mundo, un mundo donde ella... no se sabe qué es de ella, en verdad.

En esta vida me parece que muchas veces lo que sucede es eso. La bondad y la honestidad no tienen lugar aquí. Si sos honesto terminás abajo de la lona. Si no querés terminar abajo de la lona, si no querés terminar demasiado expuesto, tenés, aunque sea en parte, que volverte lo que aborrecés. Y lo digo abiertamente: casi no conozco a nadie que en alguna forma no comparta formas, haceres, con ese modo de actuar que aborrecen, quizá sinceramente. Y me incluyo, no saben cómo.

¿Qué queda entonces? Por supuesto que hay puros, digo, gente que su inocencia hace que ciertas cosas, ciertas maldades, tal vez pequeñas, de este mundo, no le entren. Menos hay, creo, de los otros, los que teniendo a mano todas las tentaciones, las rechazan. Tienen que tener un estoicismo muy alto, porque esos sacrificios no son recompensados en esta vida. Como a veces digo, como está expuesto en una canción que alguna vez, hace unos pocos años, levanté en internet, Dios parece que a esos que sí creen en un mundo mejor, luchan por él, resisten las tentaciones, les reserva los mejores lugares... en el Infierno. Tortura por toda la eternidad para quienes crean que el Amor, la Justicia, la Piedad, la Misericordia, triunfan.

¿Y si ya cruzaste la línea? Bueno, es donde creo entra la dualidad humana. Añoramos cuando éramos más inocentes, más puros, con más energía rechazábamos el mal. Pero como ya estamos contaminados, como el pecado vive en nosotros, al menos intentamos dar una mano a aquellos que pensamos están en ese otro estado. Claro, generalmente, nos decepcionamos, porque por algún lado el mal se filtra en todos. ¿Qué querrá decir esto? ¿Que el mal nos ha ganado? ¿Que Dios, como en ese cuento de Herman Melville, no es más que otro nombre del Diablo?

Tal vez es amargura. Tal vez es esa extraña cuerda que siempre tira para la nostalgia, porque lo que es, esa felicidad que uno busca y tan pocas veces obtiene, alcanza, no importa cuanto uno gaste energías, siempre se acaba, y demasiado rápido.

Y el bien que podemos hacer, a veces sin darnos cuenta, a veces porque las circunstancias que nos permiten hacerlo nos llegan cuando nos llegan, lo hacemos tarde, lo que es lo mismo que no hacerlo. La mano que pudimos tender no la tendimos. Las palabras amables que pudimos decir nos las dijimos. Y entonces algo nos dice que eso que dejamos pasar hace que sea tarde, que sea inevitablemente tarde.

Y el adiós, ese adiós inexorable llega. Y no nos reconciliamos con quién deberíamos habernos reconcilidado, aunque tuviéramos suficientes razones para el rencor. Esas palabras que consolaran a una enferma no las dijimos. Esa ternura que tuvimos que dar con quién ya no está a nuestro lado y tal vez por siempre nos las dimos.

Las cosas debemos hacerlas. El dolor que queda por eso que no hicimos, no importa cuanto bien (si verdaderamente fue así) hicimos antes: eso que no hicimos nos perseguirá siempre.

Como la mano de tu hijo en un ataúd, y te preguntás por qué no lo abrazaste aunque estaba enfermo. Por qué no aceptaste los sueños de un moribundo, aunque no lo parecía pero en tu corazón un ángel te señalaba que ese era tu momento de ser bueno.

Tal vez la mirada desesperanzada, poco inspiradora, sea lo que no nos hace pensar en nada bueno. Lo que hace que sintamos que lo peor podía venir, y vino, y poco pudimos hacer. Tal vez dejamos morir muchas cosas dentro nuestro. Tal vez estamos muertos, y sólo andamos como fantasmas errantes en este mundo, pensando que lo mejor está por venir, y tal vez lo mejor no nos toque pero tanto nos rebelamos que no dejamos que lo mejor le pasara a otros también, aunque sea una vez en su vida.

miércoles, abril 30, 2014

SOBRE EL SMO Y OTRAS YERBAS

Conversando con una amiga ayer, discutíamos por el tema del SMO (Servicio Militar Obligatorio).

Quienes pintamos canas, y tuvimos que hacerlo, sabemos que era un sistema no sólo injusto, sino que era un período de esclavitud y sometimiento por el cual uno tenía que agachar la cabeza frente al milico que tenías de jefe (dependiendo el lugar donde lo hacías, yo estuve en tres dependencias militares distintas entre enero y marzo de 1989) o te la hacían agachar, salvo que algún milico simpatizara, vaya uno a saber por qué, con uno. Así en marzo me firmaron la baja.

Pero tengo amigos que no tuvieron tanta suerte. Alguno hasta se comió casi dos años de SMO, porque no era de agachar la cabeza y en donde lo destinaron su instructor era un hijo de puta, que lo metió en el cepo más de una vez, lo metió en el hoyo dos o tres veces, lo tuvo incomunicado en una celda por tres meses en la suma de días que lo hizo. Y quizá hubiera seguido así si no hubiera sido porque, harto de los maltratos, un día en que estaban haciendo entrenamiento con armas, él agarra las granadas que eran de él y sus compañeros y se dirige al depósito de guerra, donde estaban los polvorines, más granadas y otro tipo de armas. Su idea era volar todo el arsenal, y de paso, volar el destacamento junto con todos los que estaban ahí (tal era su grado de locura). Lo pararon cuando estaba llegando a la puerta de un balazo en una pierna y otro en el brazo.

Digo, no se tendría que llegar a estos extremos, y esos extremos eran tales que más de una vez colimbas murieron por estos maltratos cotidianos. Que podía ser desde estos maltratos físicos, hasta hacerte comer basura. Lo sé porque cuando estuve en el sur viví una experiencia de este tipo, pero es larga de contar y por ahora la obviaré.

Mi amiga me decía: "Bueno, pero es interesante que alguien lo plantee, y alguien lo discuta, y se arme un intercambio de razones".

Contesto que sí, es saludable, como siempre, la discusión, pero plantear la vuelta del SMO es como pedir que vuelvan los Edictos Policiales, esos que le permitían a la Federal detenerte por portación o por ser pobre, como más de una vez me pasó o le pasó a amigos míos (incluido un fraile franciscano que siempre andaba vestido de civil y en la estación de Once siempre lo paraban para pedirle documentos, porque como buen formoseño que desde chico anduvo al abrigo del sol del trópico, era bien morocho, y por tanto, sospechoso para la Policía Federal).

Estas son ideas, como la de bajar la edad de imputabilidad, que tendrían que salir de los representantes de la derecha, ese rancio espectro que va desde Macri hasta Massa, pasando por Carrió, Sanz, Del Sel, la Sociedad Rural.

Que esto surja de uno de los mayores defensores del kirchnerismo es lo que hace ruido. Ok, cada cual tiene que tener una opinión propia sobre distintas cosas, pero proponer la vuelta a la esclavitud (porque el SMO era eso, perdías tus derechos durante un año a manos de una fuerza que no habías elegido integrar ni por putas), o pedir que metan preso a los chicos que delinquen en lugar de ver qué está fallando en las políticas que se están aplicando que hace que los menores para sobrevivir tengan que delinquir, no parece muy cercano a la ampulosidad con que se rasgan las vestiduras por los DDHH en otras cuestiones. Porque el SMO era un lugar donde había constantes vejaciones a los derechos humanos, cosa que se sintetizó en la muerte del conscripto Omar Carrasco, que hizo que Menem, en una de esas cosas que hizo excelentemente bien, eliminara el Servicio Militar.

Y un espacio que ataca continuamente a Menem (y con verdades irrefutables, salvo los que alaban porque en esa década empezaron algunos a llenarse de guita -y en dólares- gracias a la política económica implementada por Cavallo, Rapanelli, y que es lógico que alaben esos años) por lo que significó para el país, no puede hacer algo (o al menos, dejar que crezca dentro) que hace que se posicione ¡a la derecha de Menem!

O al menos expresar una opinión. Porque como dice el saber popular, el que calla, otorga. Y después nada de quejas de por qué el pueblo vota lo que vota. Cuando se ven incoherencias de este tipo, la gente (como una vez me dijo una vecina de Moreno) vota a un tipo que te va a cagar, incluso diciendo que te caga, porque al menos ya te avisó.

El que se disfraza y habla de empoderar al pueblo y todo eso, pero sacude con una devaluación en el verano a los sectores de menores ingresos, aumenta todas las tarifas, y sobre todo a los que apenas llegan con su sueldo a fin de mes, con la quita de subsidios, que hará que muchos no puedan pagar, sobre todo cuando te dicen que ahorres gas en invierno -justo cuando más se usa por razones estacionarias-, que siempre se persiga y se tenga con la soga al cuello, de parte de organismos como la AFIP, al tipo que labura pero nunca al empresario que se hace rico explotando a los trabajadores y poniendo precios altísimos a sus productos, a la oligarquía campera, que no pone impuestos al juego, que usualmente dice (y entonces ahí estamos en un problema) que nunca les fue mejor a los empresarios que con este gobierno, muestra una careta.

Careta que se nota. Sobre todo porque mientras a los trabajadores de clase baja y clase media baja van a sentir enseguida los aumentos en las tarifas, a los grandes empresarios, que pueden pagar tranquilamente las tarifas reales de los servicios que usan, ESOS SÍ RECIBEN SUBSIDIOS. Esto es, que el tipo que trabaja honestamente y no llega a fin de mes sin aumentar sus deudas, le financia sus ganancias extraordinarias a los grandes señores de la industria.

Mientras esto va a aumentar la masa de quienes pasarán a ser pobres, y los que están en el horno pasarán a ser desclasados. Y así, incrementándose la pobreza y la miseria, habrá quienes encuentren en el delito una forma rápida de paliar por algunos días su profunda soledad y tristeza, ese sentimiento de injusticia y humillación que despiertan ganas de hacer a otros padecer lo mismo que ellos -¿o se piensan que ser pobre es una alegría, que se la puede tapar con musiquita boba -una manera de estupidizar al pueblo, como con el Fútbol Para Tontos, como dicen en el programa de Alfredo Zaiat?

Vamos, hace que ser honesto te haga sentir un estúpido, cuando no debería ser así. Y que a quienes honestamente creen en el proyecto nacional y popular, y trabajan en villas y lugares carenciados, en verdad los están usando. Y lo peor es que ellos jamás creerán esto porque creen sinceramente que los Kirchner fueron honestos (yo, a pesar del aprecio que sentí por Néstor, nunca dejé de afirmar que incrementar tu patrimonio de 7 millones a 83 millones de pesos en diez años -justo cuando estuviste en la presidencia, vos o tu mujer- no es un signo de honestidad, sino de clara y pura corrupción). Y remarco tantas veces la palabras honesto porque de eso se trata todo.

El saber que si los recursos del Estado Nacional hubieran sido usados de forma racional y honestamente, hoy no debería existir la pobreza, todos tendríamos nuestras casas y el país estaría en vías de florecer aún más. Pero es la corrupción intrínseca de quienes se habían pensado alternándose en el poder para mantenerlo (GRAN SEÑAL DE CORRUPCIÓN), que han incrementado su fortuna enormemente (tanto el matrimonio Kirchner, como sus ministros, ¡como su chofer Lázaro Báez!).

Pero bueno, como siempre digo, peor es lo que está enfrente. Aunque últimamente ni siquiera ese consuelo resulta suficiente para justificar la vida del kirchnerismo más allá de diciembre del 2015.

Y como pasa en este país, será otra oportunidad perdida. Quiza la última de mi generación. Quizá quede otra para mi hija o los que hoy son niños.

Gracias por leerme.

Es lo que hay. Mientras tanto... a remarla, pese a todo.

lunes, noviembre 11, 2013

Algunas cosas

Pase lo que pase, parece, siempre queremos tener todo. Muchas veces con ese todo no sabemos qué queremos decir, a veces simplemente nos referimos a dos o tres cosas (un buen trabajo, una familia de la que sentirse orgulloso, dinero/salud -esto alterna según qué tengamos en la actualidad).

Todo lo que se dice todo no lo tiene nadie. No sé si Dios tendrá todo. No sé si para Dios es efectivo el verbo "tener".

Pero en todo caso, recién acabo de mirar la fotografía de esa chica (que ya no es chica, seis pirulos menos que yo tiene) que desde que la conoció algo me movió dentro. La miro y digo que la amo. Que es mi amor imposible. Porque lo es. La distancia terrena, la distancia emocional, es tan grande, tan inabarcable, que así la volviera a ver con regularidad sé que nada pasaría. Por las razones que se les ocurran.

Veo su fotografía, digo, y yo que no lloro, lloro. Lloro por lo inútil de mi amor, de ese mirarla y saber que ese amor que me desgarra por dentro jamás será correspondido. Y la veo y más lejos la veo, la veo y sé que es (repito la idea) un imposible, mi estrella fugaz, un momento en el tiempo en que ella está en un punto tal que es mi futuro, un futuro en el cual no existo aunque sea mío.

Moriría ahora por ella, muero todos los días por ella, muero sabiendo que siempre estará lejos, como decía en aquella mi canción, como la cima de una montaña y el cielo. Que por más alto que esté, ella está infinitamente más allá de todo mi esfuerzo.

Saber que ese amor que sentís nunca será respondido desuela, consume, agota.

Todos los días es un levantarse sabiendo que de aquí hasta mi muerte sólo me queda perdurar. Vivir, ya no vivo, porque aquella que alguna vez me iluminó y me hizo creer que algo bueno podía haber para mí en esta vida de mierda que tengo, nunca estará a mi lado.

Y lo peor es que no puedo dejar de decir: "Lo bien que hace". Porque es feliz, porque tiene lo que ella ansiaba, porque vive de lo que siempre quiso vivir. Y eso es lo único que me consuela, saberla bien, saberla contenta, saberla llena y satisfecha con su existencia y que, teniendo esa base importante que es el apoyo de su familia, puede animarse a vivir otros sueños y crecer, llenarse de otras cosas.

Soy demasiado inútil y cómodo para tomar su ejemplo. O será que cada vez que salgo de mí, siempre la realidad me devuelve su inevitable traspié, ese hacerme confiar en quién no debería confiar, esperar de gente a que de mi parte si tan sólo se clavaran una astilla me angustiaría pero que de ellos podría un rayo partirme al medio y dirían (en la versión más optimista) "Uy" y seguirían en lo suyo.

Ella fue la única que nunca traicionó esa confianza, ella era la luz en medio de las tinieblas, o siquiera la vela que ilumina la casa de sombras en que vivo. No, ella a mi lado quizá ya se hubiera marchitado. Es mejor, mucho mejor, esto que le pasa ahora, que se lo merece con toda justicia.

sábado, noviembre 09, 2013

Sobre caerle bien a quien te contrata y otras banalidades similares

A ver, vamos a ser claros. Sinceramente, salvo (extrañamente) Daniel Tognetti, casi nadie que haya salido de la factoría Pergolini me cae bien. Como dice el dicho, dime con quién andas y te diré quién eres.

Eso me pasa con gente que respetaba hasta que se fueron a trabajar con él en su radio. De golpe escucho en esos programas como Cheque En Blanco críticas al Gobierno Nacional, algunas ciertas, otras con un tufillo a caerle bien al trompa, otras a la audiencia en general del trompa. Todo mientras dejan de lado los "macrisapos" porque en la radio de un macrista recalcitrante (recuerdo la campaña subliminal que le hacía en los 90 para que fuera presidente de Boca) eso no está permitido.

De todos, al lado de Guetap, los de CEB son un programa que mantiene una coherencia notable a lo largo de más de una década. El nivel de ignorancia acerca de la realidad que viven (que vivimos) muchos de los que habitamos la Ciudad de Buenos Aires, manifestada sobre todo en la persona de su conductor Reynaldo Sietecase, es lamentable.

Un latiguillo que se le ha puesto de moda, es decir que aborrece de los subsidios, que él está en contra de una "economía totalmente subsidiada". Caramba. Entendería si dijera con nombre y apellido (o persona jurídica) a los empresarios todopoderosos que reciben subsidios. Me parecería, no digo objetivo porque nadie lo es, pero al menos honesto intelectualmente, si hablara de TODOS los subsidios que el gobierno de Macri le otorga al sector privado, y por valores que empalidecen a los que otorga el Gobierno Nacional, que además lo hace para sostener actividades necesarias para la población, como el transporte público, el gas, la electricidad... Eso le molesta a Sietecase, lo que se subsidia a los que laburan y apenas llegan a fin de mes. Pero se hace el reverendo boludo con la gestión PRO que financia negociados privados, que hace ricas a empresas amigas que tienen todo el tema de las construcciones del Metrobús, de los asfaltados innecesarios (y que ignoran olímpicamente aquellos barrios donde sí se necesita un asfaltado o un mejoramiento o reparación de las veredas). No, de eso Sietecase no se ocupa, calla, y si lo dice algo, ni siquiera lo ponen en su famoso resumen al final del programa. Todo es los ataques al Gobierno Nacional. Para formar el clima antikirchnerista que seguramente le marcan (y que él acepta sin chistar) desde la radio.

Parece que no entiende que hay mucha gente, algunos asalariados, algunos que facturan, algunos que no les queda otra que cobrar en negro, que si no fuera por los subsidios no alcanzarían a pagar el alquiler, las expensas, la comida.

Empieza él con que en otros lugares está más caro. ¿Y? Quisiera ver si en esos lugares los sueldos están tan deprimidos como están acá en nuestro país. Pero aún así, ¿por qué siempre esa maldita manía de comparar nuestra realidad con realidades ajenas, extrañas? Nosotros vivimos en Argentina, no en donde corno se les ocurra tomar de ejemplo para decir que tenemos un gobierno de cuarta. Nosotros tenemos que construir una realidad, y en esa realidad, lamentablemente, si el Estado no interviene, los privados y los administradores de los servicios públicos nos arrancarían la cabeza a los ciudadanos de a pie.

Y como digo, nada dice de la inmoralidad galopante que reina en la Ciudad de Buenos Aires, donde cierran talleres protegidos, escuelas de música, colegios y escuelas públicos, devastan hospitales... Al contrario, contribuye al proceso de erosión de la gobernabilidad (cualquiera sabe que digo que en este rubro nadie contribuye más que los propios kirchneristas en el gobierno y en el Congreso, pero eso es una pata; otra es la de los medios de comunicación social; otra, los de las clases a los cuales sus intereses fueron tocados de forma hasta grosera por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner). Sietecase y sus secuaces se tapan los ojos (como los referís de los partidos donde dirigen a River) cuando ven incrementos en publicidad, donde se gasta por encima del presupuesto, donde uno ve miembros del gobierno de esta intendencia y se pregunta como con un sueldo apenas superior al mío, cambian de departamento cada seis meses o acumulan autos de alta gama. Pero si lo hace Lázaro Báez (que también debería explicar cómo de ser un chofer raso pasó a tener tanta guita) sale hasta de adentro del inodoro donde uno está sentado.

Al contrario que Sietecase, yo creo que el subsidio debería llegar también a las provincias más pobres del país. No puede ser que si vas a provincia de Buenos Aires, o a Corrientes, o a Córdoba, o donde se te ocurra, y el pasaje de colectivo esté por las nubes.

¿Bajarlo? Yo diría quitárselo (por ejemplo, a través del SUBE) a aquellos que tienen ingresos anuales que no justifican que reciban un subsidio. Y que no paguen nada las personas que no cobren mucho más del 20% de la canasta familiar (otro invento, pero eso hablaré otro día). Ni los jubilados con el sueldo mínimo. Ni quienes por su discapacidad no pueden procurarse un trabajo que les asegure un sueldo digno.

No. Sietecase esto no lo sabe (¡mentira!) así como poco y nada dice sobre la burla de la tarifa social de Macri. Se te ve mucho la hilacha, Reynaldo, un tipo hasta el que le he comprado sus libros de poesía por simple simpatía hacia él (de esto, claro, él no tiene la culpa; es pura mía).

Bueno, él viene del riñón de Lanata, un tipo al que muy pocos vieron como el ser abominable que es, digno heredero de ese tipo que tanto lo admiró y lo ensalzó como fue Bernardo Neustadt, y del cual Lanata siempre quiso despegarse pero que al final de su vida más se parece, un clon grotesco y paródico, un intento de copia que no llega ni a borrador borroso.

Sietecase seguramente querrá ser una copia de este engendro. Es tan patético que la simple idea da risa y no de la alegre.

Si creyera en la sinceridad de Sietecase en sus críticas, debería pensar que el tipo tiene un nivel de vida tal que piensa que el 99% de los laburantes tienen para vivir con las cosas aumentando todo el tiempo. Pero el tipo es demasiado inteligente para creer eso tan simplista, por eso lo otro, por eso ese querer caerle bien al conchetaje que escucha la radio de Pergolini.

Escrito a una hora donde lo único que se escucha es mi equipo de música sonando Circo Criollo de Raly Barrionuevo. Sepan disculpar errores ortográficos pero sobre todo, la argumentación pobre que pueda haber presentado aquí.

Saludos

PD: Es cierto, el Gobierno Nacional no hace nada por la inflación (de combatirla, quiero decir). Es cierto también que no la genera... hasta cierto punto, pero busca cosas que parecen de otra época. Lamentablemente, conjugar los intereses de un lado y otro no es sencillo, pues el Gobierno debe abogar por los derechos de los que menos tienen para que el costo de las cosas no signifiquen erogaciones que le impidan vivir. Negar las cosas diciendo que es "una sensación" contribuyó en cierta forma a la paliza que recibieron en las elecciones (y en las que por lealtad al peronismo voté a Cabandié y Filmus, pero por Dios... ¡qué candidatos tan ESPANTOSOS los dos!).

¿Qué hacer? Yo creo en el intervencionismo estatal cuando los privados se pasan de vivos, pero ellos sólo cumplían con las reglas cuando tenían un milico en las empresas vigilando lo que hacían. Bueno, el argentino es hijo del rigor, dicen. Parece que un gobierno realmente democrático no puede gobernar este país con esta clase de gobernados.

martes, octubre 29, 2013

Constitucionalidad

La verdad, poco para decir. Como dije en otro espacio de opinión donde vuelco mis ideas (y que no repetiré aquí, ja) es para celebrar un fallo que es, eminentemente, político.

Quienes escuchamos a Reynaldo Sietecase en Vorterix por la mañana, hace como tres o cuatro semanas sabíamos -o estábamos bien orientados, mejor- que éste sería el fallo. Lo que dijo Romina Manguel aquella vez (que habría cuatro votos a favor y uno solo en contra, el de Fayt) se cumplió al pie de la letra.

Como dije (citándome, je, adonde lleva la egolatría) en mi otro "espacio de opinión", uno podía prever que Lorenzetti estaba cerca de una posición favorable a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, dado el tenor de las preguntas y el afirmar mientras preguntaba que Clarín no estaba probando que la libertad de expresión de la prensa estaba siendo afectada, con el abogado ese que presentó el Grupo, que no sabía ni donde estaba parado y que parecía que había leído los papeles de la causa al día siguiente a la intervención, porque realmente, no tenía idea de qué era lo que le preguntaban y qué era lo que tenía que responder... Como dijo Zaiat, este es el nivel de los abogados genuflexos del Grupo, que lo único que buscan es completa subordinación, el conocimiento no es necesario, total después se pasean orondos en los pasillos de Tribunales amparados tan solo por el poder económico y de influencias del Grupo Clarín, y para imponer eso no se necesitan grandes luces, que a las claras no las tienen.

Dicho sea esto, que este fallo es una buena noticia. Porque esto no es una buena noticia para el kirchnerismo. En verdad, NO LO ES. Es un fallo que dice "bueno, gente, ya tienen la ley que querían, ahora aplíquenla sin dilaciones ni excusas". Porque el kirchnerismo es dado a las excusas. Ahora no tiene ninguna. Ya puede, y debe ejercer a través del AFSCA, las funciones para las que fue conformado dicho organismo.

Esperemos que todo no termine en un gran negociado, donde todos arreglen por debajo de la mesa y esta gran ley termine siendo una real chanza del gobierno, ahora que "la madre de todas las batallas" fue favorable. Pero favorable a la gente. A quienes pensamos distinto. A quienes no subordinamos nuestro parecer ni siquiera a nosotros mismos, y que no tenemos miedo a las contradicciones. Porque eso es libertad. No quedar atado a una opinión si descubrís que estabas errado, si ves que no contemplaste todas las aristas del problema. A quienes creemos que escuchar muchas voces enriquece. Aunque tantas voces terminen siendo como en ese capítulo de los Simpsons donde todos pueden opinar, y sin opinión dominante todos se aburren de comprar diarios, escuchar programas de radio o ver programas de televisión.

Porque ahí sí, ya la culpa no será de un gran medio, en el cual la gente puede ampararse diciendo que "no sabía eso". Ahora van a saber. Si no quieren saber, si insisten en su mirada individualista y poco solidaria, que es lo que nos destruye como Nación, los habitantes de esta maravillosa tierra, nosotros los argentinos, los ciudadanos de a pie. seremos los máximos responsables.

Saludos.